Por Mariel Breuer
Abrir las puertas para entrar a jugar. Algo así son los viajes lisérgicos. Entrar para poder salir por un rato, para cambiar la frecuencia, para conectar o para desconectar, lo que a cada uno mejor le resulte.
“Viernes 16 de abril de 1943: me vi forzado a interrumpir mi trabajo en el laboratorio a media tarde y dirigirme a casa, encontrándome afectado por una notable inquietud, combinada con cierto mareo. En casa me tumbé y me hundí en una condición de intoxicación no desagradable, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada. En un estado parecido al del sueño, con los ojos cerrados (encontraba la luz del día desagradablemente deslumbrante), percibí un flujo ininterrumpido de dibujos fantásticos, formas extraordinarias con intensos despliegues caleidoscópicos. Esta condición se desvaneció dos horas después.”
Albert Hofmann
Sería imposible mencionar la cantidad de obras y artistas que fueron influenciados por estas experiencias “no desagradables” desde la década del 60, tanto que hasta podemos identificar tendencias estéticas asociadas a los paisajes lisérgicos, con la estridencia de los colores que vibran, que se agitan, que marean. Las formas fractales o derretidas, pero latentes. El disparo del LSD en el cerebro es demasiado significativo como para no querer llevarlo al plano abstemio de sustancias a modo de recordatorio que siempre, the best way out is through [el mejor modo de salir es atravezando]
Una nueva exhibición caprichosa me convoca y sin ninguna estrategia editorial acompañan la nota La serpiente cósmica de Nicolás Gadda Thompson
¡Disfruten del trip!
Las InstaShow son exposiciones virtuales que conviven en Bacodelia y nacen de la cabeza de una curadora poco académica que disfruta de pasar horas encontrando nuevos artistas en Instagram. ¿De qué van las expos? De criterios golosos y caprichosos de @labreuer. 10 imágenes y un texto. La única condición es que las imágenes vienen de Instagram.