Unicornios

Por Mariel Breuer

¿Cuánto sabés vos de unicornios? Bueno, lo principal es que sí, existen. Técnicamente es una criatura con un cuerno: rinoceronte y narval. Hay más, seguro, pero no soy una gran bióloga.

Desde que tengo uso de razón, los unicornios me enloquecen pero aparentemente no estaban tan de moda como Kitty o las Barbies cuando yo era chica así que conseguir uno, sea de plástico, sticker de felpita para el álbum o un mero dibujo, todo alcanzaba para el éxtasis del hallazgo.

Hará unos 10 años explotó el BOOM de estas simpáticas criaturas de universos fantásticos y aparecieron hasta en la sopa. Bueno, no me importa y me gustan todos. Igual prefiero los más realistas. Los del tipo “My Little Pony” me enojan un poco porque dan un extraño supuesto de bondad y simpatía. Históricamente los unicornios valen un algo por ser únicos y difíciles de encontrar, no por ser amorosos. Otro gran enojo del asunto es que llamen “unicornios” a los CEO famosos. Como si esos cerdos capitalistas y negreros tuvieran un algo de magia ( bueno, sí, además de unicornia se ve que soy anarko-troska-algo)

La vida de persecusión y soledad no es linda, por lo que prefiero creer en otro sentido mágico de los unicornios. La magia no es ser un hada madrina o un príncipe azul, ni siquiera una madreteresa porque un unicornio seguro sabe de placeres. 

Y hablando de placeres, hay otros unicornios humanos que me caén 178.000 veces (es mucho eso, pero correcto) mejor que un CEO del espanto: en mis años más adultos, descubrí que hay una práctica sexual que llama “unicornios” a las mujeres que disfrutan de acostarse con parejas sin ninguna necesidad de tener un vínculo sexoafectivo con ninguno de los integrantes. Compartir un rato de intimidad ajena a cambio de un camión de placer. Estos unicornios sí que me gustan. Me da un poco machista la idea de que sea tan difícil encontrar a una unicornia, siento que encierra la idea de que una mujer no puede no aferrarse sentimentalmente después de una buena revolcada pero por suerte existe una horda de feministas que andan por la vida en tetas y pintando catedrales tirando viejas mentiras por la borda. 

Entonces: vamos con esta colección de unicornios sabiendo que:

• Existen
• No, un CEO no es un unicornio
• Son más que animales con cuernos
• Son mágicos
• Son sexys y calenturientos
• No necesariamente son buena onda
• Si les caes bien, van a encontrar el modo de llevarte al viaje de tu vida.

Las InstaShow son exposiciones virtuales que conviven en Bacodelia y nacen de la cabeza de una curadora poco académica que disfruta de pasar horas encontrando nuevos artistas en Instagram. ¿De qué van las expos? De criterios golosos y caprichosos de @labreuer. 10 imágenes y un texto. La única condición es que las imágenes vienen de Instagram.